Ficha del libro: Autor: Albert Robida Traducción: Julián Gea Ilustración: Iban Barrenetxea 104 páginas14,50 EurosISBN: 978-84-942916-9-2Noviembre 2015
En la villa de Flyssemugue hay una torre con cuatrocientos veinticinco escalones, en lo alto de la cual Narcisse Gurdebeke, acompañado de su mujer y de sus siete hijos, acaba de estrenar sus funciones como vigilante, encargado del carillón, archivero y director de la banda municipal. Debido a sus obligaciones, y desanimado por la larguísima escalera que le separa del suelo, no encuentra nunca el momento de descender de su aérea residencia. Pero la añoranza de la tierra bajo sus pies y el anhelo de ser autosuficiente le harán recrear en su nuevo entorno esa vida campestre que tanto echa de menos. Así, irá construyendo poco a poco sobre la plataforma de la torre una granja, un huerto, y hasta un arroyo en miniatura. Todo con el máximo secreto, a espaldas de sus conciudadanos…
En lo alto de la torre (1895) es una inteligente y preclara fábula en la que, con pionera intuición ecologista, Albert Robida reflexiona sobre cómo vivir en armonía con la naturaleza y disfrutar con respeto de todo aquello que tan desinteresadamente nos brinda.
- Albert Robida nació en Compiègne en 1848. Hijo de un carpintero, estudió para notario, pero muy pronto se dedicaría por completo al dibujo, el grabado y la caricatura. Durante la Comuna de París era habitual verle deambular por las calles de la capital haciendo esbozos de las escenas más memorables. En 1866, empezó a colaborar con el Journal Amusant y otras publicaciones, hasta que en 1880, junto al editor George Decaux, fundó La Caricature, revista que dirigiría durante doce años. Además, ilustró guías turísticas, obras de divulgación histórica y clásicos literarios de Rabelais, Cervantes o Swift. Entre sus novelas más celebradas cabe destacar la trilogía de anticipación compuesta por Le Vingtième Siècle (1883), La guerra del siglo veinte (1887) y La vie électrique (1890). En estas obras proponía sorprendentes inventos integrados en la vida cotidiana, imaginando con precisión los desarrollos sociales derivados de estos. Murió en Neuilly-sur-Seine.